Empanadillas y Castellanas

 

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Detalle 1

 

 

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Detalle 2 ( Empanadillas )

 

 

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Detalle 3 ( Sopas Castellanas )

 

 

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Detalle 4 ( Pan artesano )

 

 

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Detalle 5 ( Sopas Castellanas )

 

 

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Detalle 6 ( corte de las empanadillas, rellenas de vegetales y pollo )

 

 

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Detalle 7 ( corte de las empanadillas, rellenas de vegetales y pollo )

 

 

Muy rico, muy ligero...

De masa muy fina... de relleno super sabroso, estas empanadillas resultan excepcionales

Y en las empanadillas todo artesanal, desde su masa a su relleno, este delicado y a la vez muy nutritivo. Una combinacion de vegetales caramelizados con cebollitas dotan al pollo de un sabor.. delicioso.

Cotidiano.

Ideal para cualquier ocasión.

Y momento del dia... perfecto para combinar con otras especialidades y mas aun para menus completos de degustación muy variada.

Y que mas sobre las Sopas Castellanas; verdadero icono de la gastronomnia de Mar Alba, de inigualable sabor y presentación.

La sopa Castellana, tambien conocida como sopa de ajo es un tipo de sopa típicamente castellanoleonesa que contiene fundamentalmente agua o caldo, pan (que suele ser pan duro que ha sobrado de días anteriores), pimentón, laurel, ajo y aceite de oliva y huevo escalfado. Se trata de una sopa de origen humilde, estando como todo plato popular sometido a múltiples variantes, según la economía de la familia y los gustos del cocinero, por lo que es común que se le añadan otros ingredientes. En algunas comarcas de León, es un plato asociado a la cocina de la Semana Santa. Ha sido un almuerzo muy frecuente en la antigüedad en muchos sitios de España. Se desayunaba con un café bebido al alba y un par de horas después, para mantener las fuerzas, se tomaban las sopas de ajo, generalmente con uno o dos huevos dentro, que se cocinaban con el calor de la sopa. En ciertos lugares de España es uno de los platos típicos de la cuaresma, y constituye uno de los olores que rondan por los aires de las diferentes procesiones de Semana Santa. Se trata de un plato adecuado a las costumbres religiosas, al no incluir carne, y su textura y composición recuerda mucho a la estética y sobriedad de estas fechas. Se toma muy a menudo, casi durante cualquier hora del día, durante la Semana Santa. En Zamora suele tomarse como desayuno tras las procesiones nocturnas.

 

 

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